Ya vuelta a la
realidad más prosaica y congeladora decido aculturarme un tantito en esta LA
PAZ “Hacia el futuro” como dice LA JIWAKI, la Agenda cultural de la Secretaria
Municipal de Culturas del Gobierno Autónomo Municipal de LA PAZ. ¡Ahí queda
eso!
Pena que no pueda
mostrar aquí esta JIWAKI mía del alma que acompañó y guió los tres últimos días
que pasé en la capital: A todo color, fotos excelentes, informaciones completas
y veraces, papel de calidad, formato práctico, solidez…algunos tendrían que
aprender de ellos. Además, ¡gratuita!
La primera
tarde-noche fue un concierto de la ORQUESTA FILARMONICA DE EL ALTO, con el
maestro FREDDY CESPEDES. Música barroca con un importante repertorio de piezas
recuperadas en las MISIONES JESUITICAS DE CHIQUITOS (Santa Cruz).
Esta orquesta de
38 músicos fue fundada en 2002 con instrumentos donados por la República China
con el fin de motivar a los niños y jóvenes del EL ALTO y zonas periféricas de
La Paz a ser parte de los proyectos de educación musical y educación integral
de “Sembrando Música”.
Los fondos
recaudados en el Teatro Saavedra servirían para comprar instrumentos y abrir más
escuelas de música en otros barrios.
La maestría de
los músicos ( de todas las edades y colores) y las didácticas explicaciones del
director de orquesta hacían olvidar el frio altiplánico en este bellísimo
teatro al estilo veneciano.
Al día siguiente,
ya avisada y mejor pertrechada, asistí a un espectáculo de danza acompañada por
la ORQUESTA CRIOLLA MUSICA DE MAESTROS, QUE OFRECIA CUADROS COREOGRAFICOS DE
DANZAS MESTIZAS y una recreación de pasajes de la Guerra del Chaco que
inspiraron a compositores nacionales: CUECAS, HUAYNOS, TAQUIRARIS, CARNAVALES…
La CUECA ha sido
recientemente declarada danza nacional y patrimonio cultural inmaterial de
Bolivia.
El viernes 22 de
mayo me regalé con la actuación del grupo “SAGRADO DE LOS ANDES” en el Patio de
Cristal (recientemente restaurado) del Museo Nacional de Arte en el marco del
programa “EL Museo con música”.
El MNA, Palacio
Diez de Medina, estaba en obras de restauración, al igual que la casona “Villa
Paris” (dos de los únicos 8 inmuebles de valor Patrimonial de La Paz) en fase
de rehabilitación para ser integrada en el museo en el próximo mes de agosto.
La AECID de España ha contribuido generosamente a este proyecto de salvamento
de este inmueble Patrimonio Monumental de La Paz desde 1963, pero que,
propiedad privada, se encontraba en estado ruinoso. Un millón de BOLIVIANOS (
135000 Euros) pagó el gobierno a la familia NINA tras dos años de forcejeo.
“Mucha cultura,
mucha musiquita y dale a la cueca, regodeándote en esas casonas que te
transportan al séptimo cielo pero nada de calorcito, que bien pareciera que
estamos de visita al Matadero municipal y sus cámaras frigoríficas. Vas a dejar
el pellejo en esta ciudad que ya te lo dijo en Santa Cruz la señora de la
ferretería.”
Y así me
importunaba mi vocecita salvadora.
Al día siguiente
y bien tempranito me embarcaba yo en un microbús a COROICO desde la casi-estación
de autobuses de “Villa Fátima” allá, más
arriba del mercado legal de la coca y del “Barrio Chino” pero no
amarillo.
Pasados 4700 m
empieza la nueva carretera asfaltada a caracolear en medio de abismos
insondables. Nuestro vehículo debe pasar un estricto control de drogas y documentación,
así nosotros esperamos pacientemente entre los puestos del mercadillo. De los
picos rojizos y filosos rutilantes bajo el sol dorado vamos penetrando en un
mundo verde esmeralda poblado de helechos gigantes, rododendros, musgos,
orquídeas y arbustos de hojas verde brillante bajo la repentina bruma y
llovizna que dificulta la visibilidad. En un jirón se vislumbra la cinta de la
CARRETERA DE LA MUERTE colgada al otro lado de los barrancos.
Entramos en
Yolosita, antiguo lavadero de oro y
pueblo de descanso de los ciclistas de LA MUERTE y empezamos a subir los 5 km
de pista que nos convierte en rebozados de harina de garbanzo. Los bananeros y
naranjos nos dan la bienvenida hasta llegar a la plaza central a un costado de
la iglesia.
1700 m, un sol
tibio, un aire fresquito y puestos de frutas y verduras en las calles. El hotel
Kory con sus terrazas escalonadas, frente a las montañas será mi casa donde
dormiré como una bendita tras 20 días de insomnio jadeante del ALTIPLANO.
¡Qué delicia! Admirar, andar, hasta correr sin sacar la lengua, comer sin gases, sacarse todos los refajos y respirar a pleno pulmón.
¡Qué delicia! Admirar, andar, hasta correr sin sacar la lengua, comer sin gases, sacarse todos los refajos y respirar a pleno pulmón.
Doña Lily de la
Torre, la de la pastelería, me sirve su menú familiar amablemente a última hora
de la mañana. Sustanciosa sopa que no agua, milanesa de verdad y uno de sus
pasteles exquisitos. Su nieto ayuda en el servicio a la salida de la escuela.
Decido echar a
andar por la calle Cuenca empedrada en dirección al Calvario y LAS CASCADAS
pasando por plantaciones de naranjas y mandarinas un tanto abandonadas. Una
hora, dos horas y nadie a la vista sino dos tíos patibularios medio desnudos
limpiando un camión en un torrente.
“Las cascadas
están mas allá, como media hora caminando deprisa”. Atravieso el torrente. Los
naranjales viven entremezclados con los bananos, parece que no los cuidan mucho
en beneficio de los cultivos de COCA mucho más rentables y se está perdiendo la
producción de cítricos, orgullo de los NOR YUNGAS en otras épocas y que, además, abastecen a la
capital y pueblos aledaños. Tanto es así que el sindicato ADEPCOCA FORZARA a
sus 34 000 afiliados a cultivar un CATO (1600 m cuad.) de frutas por cato de
coca.
Oigo hablar por
entre los naranjales, voz de mujer, de niño, otra más grave…arriba hay una
especie de cabaña entre los arbustos de coca. A mis llamados baja por fin un
chaval de unos doce años, Carlos, dice que se llama y que va a la escuela por
la mañana y ahora cosecha la hoja de coca con su familia. Espigado, fuerte,
ojos alerta, color ambarino y gran sonrisa acogedora. Quiere saber todo y no
acierta a localizar la India. “Mas allá de España”, le digo para entendernos. Y
me regala una bolsa de naranjas para el camino.
“Ya no está muy
lejos, no”
Ahora toca bajar
y bajar hasta la entrada de LAS POZAS, que están cerrando a esta hora de la
tarde casi anocheciendo. Hay varias parejas de novios haciéndose arrumacos
esperando un transporte a pie de pista. Finalmente una camioneta nos recoge a
precio de crisis y llegamos a Coroico con las sombras blanqueados hasta las
pestañas del polvo finísimo que nos perseguía implacable.
Dormiría de un tirón
por primera vez en Bolivia soñando con TOCAÑA, la comunidad afroboliviana que
no visitaría esta vez y los elixires de HANS HELLENKAMP (Juan chuchuwasi para
el pueblo) que se enamoró de la corteza del MAYTENUS MACROCARPA amazónico . Licores,
dulces…todo es beneficioso.
¡Talan, talan,
tlantatatlannnnnn!Tlannnnnn! Se oye el lamento del campanario fantasma a las
faldas del Uchumachi en lo más profundo del cañón del Kory Wayku, el río del
oro. Los conquistadores sumidos en la lujuria, avaricia y violencia y que no
acertaron a escapar de la maldición quedaron convertidos en piedra para siempre.
¡Salto de la cama!
FOTOS: Cortesía
de GOOGLE